martes, 10 de abril de 2012

Qué es la producción científica:

La producción científica de un investigador o de un grupo, puede ser evaluada mediante el análisis de la cantidad de artículos publicados en revistas de calidad reconocida. Este tipo de estudio puede hacerse también extensivo a una localidad e incluso a un país. En los ámbitos académicos, la investigación se define, habitualmente, como la generación de conocimiento. Por lo tanto, puede concebirse como un proceso de producción, si bien las condiciones de funcionamiento de dicho proceso, lo mismo que sus insumos y productos, resultan difíciles de definir y precisar con alguna claridad. 
Entre los productos de la investigación se cuentan cosas muy distintas, como publicaciones, patentes, desarrollos, transferencias, recursos humanos, etc. La investigación básica -aquella orientada a responder preguntas motivadas por la avidez de conocimiento o la curiosidad intelectual, a diferencia de la originada en la necesidad de resolver un problema particular- da lugar a la publicación de artículos científicos o papers en revistas especializadas. La comunidad científica internacional se comunica mediante esas revistas o journals de circulación mundial.
El conocimiento generado (o producido) por la investigación sólo toma estado público y sale del medio de su creación cuando es publicado. La publicación genera, también, un ámbito de discusión, en el que se confrontan ideas, hipótesis y teorías. Antes, los intercambios de opiniones ocurrían cara a cara. así lo hicieron Pasteur y Pouchet, lo mismo que Einstein y Bohr; pero cuando las ideas son asentadas sobre el papel, aun sin una localización precisa en el espacio y el tiempo, las discusiones se enriquecen con el aporte de muchos. Por otro lado, el registro impreso constituye un archivo de la actividad científica que se incorpora al acerbo cultural de la humanidad.
Aunque los papers no sean los únicos productos de la investigación, proporcionan una manera fácil de medirla.
Seguramente por ello constituyen el indicador más usado -aunque muchas veces no se lo admita- en los ambientes académicos, a pesar de las criticas que puede merecer el procedimiento. Independientemente de la validez del indicador, en particular, su fidelidad, limitaciones y desviaciones, es sin duda útil disponer de datos sobre, por lo menos, los aspectos cuantitativos de las actividades científicas y tecnológicas, sobre todo para establecer políticas de asignación de recursos y para determinar los resultados de estas. Así es como se habla de una nueva disciplina que se ocupa del asunto, bautizada con los nombres de cientometría (scientometrics) o bibliometría.

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